Nadie quiere impuestos. Aumentarlos es, probablemente, la medida más impopular que tiene un gobierno para financiar sus proyectos y el desarrollo del país. Pero, en este caso, resulta más difícil validar su necesidad cuando se trata de contrarrestar el mal momento económico que vive la nación por cuenta de su déficit fiscal y del aumento de la deuda. Al respecto, Portafolio habló con Leonardo Villar, director de Fedesarrollo y jefe de la Comisión Expertos que diseñó la reforma tributaria estructural que pretende presentar el Gobierno. Según él, la reforma, además de ser progresiva, asegura recursos para el desarrollo del país y el posconflicto. 



¿Se hizo tarde para presentar la reforma tributaria? 

El Gobierno Nacional ha dicho que va a presentar una reforma tributaria a mediados de año y va a hacer todo el esfuerzo para impulsarla en el Congreso. Creo que al Gobierno hay que creerle, y considero que el tránsito de la reforma es fundamental para hacer viable una recuperación sostenible de la economía colombiana. Se trata de una reforma que en varios aspectos puede resultar costosa en el corto plazo, pero que en el futuro es indispensable para garantizar la solidez de las finanzas públicas y para que, al mismo tiempo, facilite el funcionamiento de la actividad empresarial. Eso tiene que ver no solo con el papel de la reforma en aumentar el recaudo, sino con la tarea que cumpliría para hacer un sistema tributario mucho más sencillo. 



¿Qué tan viable es que la reforma pase en el Congreso y qué tanto sufriría la propuesta inicial, teniendo en cuenta la polarización del país? 

Después de muchos años durante los cuales hemos estado haciendo reformas tributarias a la manera de parches en una estructura que se ha ido dañando, hay un consenso bastante amplio a nivel político y empresarial –y con parte de la opinión pú- blica– de que se debe hacer algo más integral y definitivo. En ese contexto, sí hay un Gobierno comprometido con una reforma tributaria estructural y un Congreso que entiende que esa reforma no sería simplemente para darle unos recursos adicionales a este Gobierno, sino que, fundamentalmente, será para los años subsiguientes y para otros gobiernos y partidos que no sabemos cuáles serán. Creo que, paradójicamente, el hecho de que se trate de una reforma cuyos beneficios se verán en el 2018, 2019 y 2020, va a facilitar que, de manera independiente a la polarización política que pueda existir, todos los partidos políticos la consideren importante. 

¿Qué tan cierto es que las empresas se van a ver beneficiadas con la reforma? 


La idea es que las compañías paguen una tarifa más baja, pero que todas lo hagan. Sería un impuesto unificado que estaría entre el 30 y 35 por ciento, considerablemente inferior a la suma de los otros tres gravámenes actuales, que da 43 por ciento. En este sentido, no necesariamente baja el recaudo si todos pagan, pero sí se eliminan muchísimos de los beneficios especiales que hoy existen. 

Pero hay quienes están cuestionando la progresividad de la reforma. ¿Qué responde a esta crítica? 

Precisamente, buena parte de la racionalidad que conduce a presentar esta propuesta a consideración de los colombianos es hacerla más progresiva. Hay empresas que pagan impuestos distintos sobre el mismo ingreso. La idea es que todos, sobre el mismo ingreso, paguen igual, y que los beneficiarios de las utilidades paguen una tarifa mayor y correspondiente a su nivel de ingreso.

¿Qué pasaría en el caso hipotético de que la reforma no pase?, ¿cuáles serían las consecuencias? 

La situación sería compleja, porque sería perder una oportunidad para hacer una reforma estructural que haga un sistema tributario mucho más equitativo, progresivo y amigable con el desarrollo económico. Desde el punto de vista fiscal y de la calificación de riesgo del país, veo un peligro muy grande si no pasa, porque tenemos un déficit fiscal enorme que, en ausencia de la reforma tributaria, crecería de manera sustancial a futuro. Y ello se debe a la manera como estamos financiando el déficit, que es con deuda. 



¿Cómo venderle a la sociedad un aumento del IVA del 3 por ciento? 

En Colombia, el Impuesto al Valor Agregado (IVA) cubre muchos menos productos de los que cobija en América Latina y Europa. Entonces, generalizar un poco el cobro del IVA y subirlo a tarifas más parecidas a las de otros países, a pesar de que sea duro en un comienzo, es algo indispensable para poder tener los recursos para el desarrollo del país. 

¿Pero esto no le reduce progresividad a la propuesta? 

Crecer la base gravable hacia abajo va a tener un impacto importante en el control de la evasión. Una persona se puede inventar fácilmente gastos diciendo que ha pagado salarios a personas que, en realidad, ganan menos que lo reportado. A esos individuos no les importa hoy porque no los afecta, pero el día que tengan que pagar el 2 por ciento sobre su salario, inflado, le van a decir al empresario que no se lo suba y esto ayudaría a controlar la evasión.