Como es bien sabido, a las calificadoras de riesgo más que el proceso de paz les preocupa la situación fiscal del país y la aprobación de la reforma tributaria, a cuyo paso por el Congreso ataron el grado de inversión.

les preocupa porque no ven claro cómo se va a financiar el país con bajo precio del petróleo y con el mayor gasto derivado del fin del conflicto con las Farc.

Joaquín Cottani, economista jefe para América Latina de Standard and Poor’s (S&P), explica que la tasa del IVA es baja en Colombia frente a otros países, a lo que se suma el hecho de que pocos contribuyentes pagan renta.

Estima que la reforma tendría un efecto recaudatorio de mínimo 2% del PIB, así como también un efecto positivo al desacelerar el consumo, que hasta ahora ha estado impulsado por el crédito. “Es entendible que el IVA genere preocupación y tal vez hubiera sido mejor haberlo subido antes, pero es un hecho que, si en esta oportunidad no se aprueba un cambio, Colombia va a tener problemas de credibilidad”, dice Cottani y subraya que la reforma al IVA no debe venir acompañada de un montón de exoneraciones, pues no tendría ningún efecto.

En lo que respecta a su expectativa frente al plebiscito como paso previo para la aprobación de la tributaria, Cottani opina que el escenario base es que gane el sí, pero para que se refleje en el crecimiento tendrían que darse varias condiciones. “La apuesta sobre Colombia es que si el proceso de paz se afianza y se logran superar los problemas de política, sin generar cambios en las reglas de juego, se podría aumentar el potencial de crecimiento que, sumado a la infraestructura, reducirían los costos logísticos de muchos productos exportables. En otras palabras, se podría reducir el llamado costo Colombia”, explica.

Su pronóstico es que este año el PIB crecerá 2,3% y en 2017 y 2018, 3% anual. Señala que con el sí los costos son relativamente conocidos, pues al estipendio para los desmovilizados hay que agregar los gastos relacionados con las reformas pactadas. “Y para que el proceso de paz se consolide no se pueden demorar esas partidas, como tampoco se puede esperar que la sola firma de la paz vaya a consolidar las cuentas fiscales en el corto plazo”, indica y advierte que desde el punto de vista de la calificación sería grave que, una vez aprobado el plebiscito, el Congreso se ponga duro con la tributaria, como si no fuera prioritaria.

“Si se presenta un sentimiento adverso, en donde se empiezan a proyectar mayores déficits fiscales, por ejemplo pasar de 5% al 6%, se difundiría un sentimiento negativo en el mercado y a veces las calificadoras actúan en respuesta a ese sentimiento generalizado, pero también miran el largo plazo y, si vemos que algo de la reforma ya se ha aprobado y que el proceso avanza, podríamos entender si no se cumple transitoriamente la meta de déficit fiscal de 3,3%”, afirma.

Ante la posibilidad de que gane el no en el plebiscito, Cottani considera que sería el escenario más sencillo desde el punto de vista económico, pues no habría que pagar por el proceso de paz. “Eso sí, sería una pesadilla política tal como la del Brexit, pero así como allá esa decisión aún no ha sido un problema económico, aquí tampoco lo sería”, reitera. Así las cosas, el grado de inversión no solo dependerá del referendo y la tributaria, sino también de la implementación de los acuerdos pactados en la Habana.