Para quienes devengan un salario mínimo este será su aumento, pero para los trabajadores que ganan un poco más este incremento dependerá de la buena voluntad de su empleador, pues en estos casos la ley no obliga a las empresas a realizar estos ajustes. Ni que decir de quienes trabajan en medio de la informalidad y logran vivir con tan solo un aproximado de $7.450 al día y, que según datos del DANE en 2015, son el 27,8% de la población, de los cuales el 7,9% vive en extrema pobreza con cerca de $3.400 al día.

Para muchas personas –incluidos quienes están en cargos de Gobierno– la reforma tributaria y las alzas normales que trae consigo el inicio del año solo encarecerán la vida de quienes tienen dinero suficiente para pagar los gastos básicos, es decir, la clase media. Sin embargo, al revisar en detalle algunos puntos de la actual política fiscal solo se puede concluir que en el país se generará mayor desigualdad económica y quienes pagarán las consecuencias de esta situación serán los más pobres o aquellos colombianos que devengan menos ingresos.

 

El primer sobrecosto y el más preocupante –aunque no lo parezca–, es el impuesto al carbono o mejor conocido como el impuesto verde, pues aunados a los $135 por galón de gasolina o $152 por galón de ACPM, se deben sumar los incrementos normales de cada año en el precio del combustible.

Aunque pareciera que esta medida solo ataca a la clase media –que se supone tiene carro–, en realidad afecta el costo final de todos los productos y alimentos que requieran ser transportados a lo largo y ancho del territorio nacional. Es así, como este impuesto incidirá también en el precio final de los artículos que conforman la canasta familiar básica, incluidos ahí los alimentos de los más pobres entre los pobres. Palabras más, palabras menos, es puro cuento chino que no subirá el costo de los alimentos de la canasta familiar.

Tampoco se puede dejar de lado que el IVA del 19% entró a afectar una gran cantidad de productos básicos como son los de aseo en general, afectando incluso temas de salud, pues si se tiene que vivir con $7.450 diarios o $3.400 al día, esos $228 pesos de más que se tendrán que pagar por un jabón de $1.200, son entre el 3,1% y el 6,7% del ingreso diario de una persona que vive en situación de dificultad y si debe sopesar con ello la alimentación de sus hijos, la higiene básica pasará a un segundo lugar, eso es indudable.

Si adicionalmente la persona en dificultad es mujer, por un paquete de toallas higiénicas que cuestan alrededor de $3.500 las más económicas, tendrá que pagar un sobrecosto de $175, que son entre un 2,35% y un 5,15% de su ingreso diario. De esta forma, en solo jabón de baño y toallas higiénicas una persona que vive bajo la línea de pobreza habrá consumido el 68,5% de su ingreso diario y una persona en pobreza extrema el 150%.

Pero no se preocupen, los congresistas dicen que ese es un mínimo aporte que los colombianos tenemos que hacer, pues nos hicieron el favor de fijar el IVA de las toallas higiénicas en solo un 5%.

No nos digamos mentiras, si queremos un país en paz y lograr los objetivos de desarrollo del milenio, los productos fundamentales para la salud y el día a día de un ser humano deberían estar libres de impuestos.

Ahora, si usted tiene la dicha de pertenecer al 72,20% de la población que vive por encima de la línea de pobreza y adicionalmente tiene acceso a los servicios financieros, no se confíe de su tarjeta de crédito para cubrir los faltantes en el mercado del mes, pues recuerde que el tercer suceso del 2017 es que el primer trimestre tiene fijada la tasa de usura en el 33,51% efectivo anual, por tanto, si el primer mercado no puede ser cubierto con sus ingresos, no crea que en el segundo lo logrará teniendo que pagar de forma adicional los intereses y el principal de la deuda adquirida en el periodo anterior.

El mejor consejo para sobrevivir al 2017 es restringir su presupuesto, buscar alternativas como comprar el mercado directo a los campesinos a través de las plazas de mercado o buscar los almacenes low cost que están creciendo con fuerza en el país y para 2018 no olvide en la época de elecciones a quienes aprobaron esta reforma tributaria tan regresiva y poco consiente de la situación que vive el 27,8% de la población colombiana.

MARÍA TERESA MACÍAS JOVEN
Profesora de Finanzas
Universidad de La Sabana