(Vanguardia.com) El exhorto lo está haciendo la Cámara Colombiana del Plástico, principal organización gremial de los productores de bolsas plásticas, cuyos representantes estuvieron en Bucaramanga como parte de una intensa gira por todo el país para dar a conocer esta situación.

Después de recorrer Bogotá, Cali, Medellín y Barranquilla, la Cámara Colombiana del Plástico realizó un encuentro en el Club Unión de Bucaramanga para dar a conocer las acciones que adelanta el gremio sobre el impuesto a la bolsa plástica. El próximo destino es Cúcuta.

A dos semanas de entrar en vigencia el impuesto nacional al consumo de las bolsas plásticas, establecido en la Reforma Tributaria 1819, los fabricantes, proveedores y en general empresarios vinculados a este sector exigen al Gobierno Nacional la Reglamentación de ley para aplicar dicho tributo.

“A la fecha no tenemos reglamentación. El artículo 207 de la Reforma Tributaria establece que el Gobierno Nacional reglamentará y tomará acciones para medir el impacto ambiental y de salud pública de las bolsas plásticas; con base en esa medición se establecerá la tarifa de las bolsas plásticas que ofrezcan soluciones ambientales, pero a dos semanas de entrar en vigencia el impuesto no tenemos nada de eso”, advierte Andrés Botero, gerente de la Cámara Colombiana del Plástico.

Según el representante gremial, desde el año pasado vienen alertando sobre esta situación. Incluso en febrero de este año se reunieron con MinAmbiente para que hiciera el estudio, pero ésta cartera respondió que no tenía recursos. Según Botero, la medición técnica asciende a $3.000 millones, aproximadamente.

“En Colombia no existen estudios serios sobre el impacto ambiental de la bolsa plástica, como en otros países. Por ejemplo en México, se ha logrado determinar que del 45% de los desechos en un relleno sanitario, sólo 0,5% corresponde a bolsas plásticas. Estudios similares se han hecho en Canadá -países de nuestro hemisferio-, lo que significa que si ellos pudieron, nosotros también. Ésta es la manera para dejar de satanizar a este producto, porque culpamos a la bolsa plástica de la contaminación pero no a la persona que la dejó tirada en la playa”, agrega enérgicamente Andrés Botero, al insistir en que “la mejor manera de lograr que la bolsa no sea contaminante es educando al consumidor”.

Caracterizar el plástico

La Cámara Colombiana del Plástico tiene previsto contratar un estudio que permita caracterizar el plástico y los biodegradables que se encuentran en los vertederos del país. Para esta investigación se tomarán muestras en 22 sitios de disposición final de residuos sólidos, de los 75 regulados que existen en Colombia.

Adicionalmente, tienen en agenda reunirse esta semana con la Alta Consejería Presidencial para el Sector Privado y Competitividad, el Ministerio de Comercio Exterior y de nuevo con el Ministerio del Ambiente. Entre otras cosas, el objetivo de este ‘lobby’ es abrir un sano debate sobre el rol que tienen las bolsas plásticas en la vida diaria, en los hábitos de consumo, la economía y por supuesto en el ambiente.

Según el Gerente de la Cámara Colombiana del Plástico, acompañado de María Nelcy Camacho, de Queen Química Colombiana, y Joaquín Calixto, de Carlixplast (empresas santandereanas agremiadas) el sector del plástico cree y comparte la necesidad de buscar mejores alternativas para cuidar el ambiente, reducir los desechos y estimular el reciclaje y la reutilización; pero desde una perspectiva integral que no implique la coacción del empresariado y la eliminación de puestos de trabajo.

En este sentido la Reforma Tributaria 1819 es lo suficientemente amplia en cuanto a la distinción de bolsas plásticas que ofrezcan soluciones ambientales, bolsas fabricadas con materiales biodegradables, las reciclables y reutilizables, así como los tipos de calibre de las bolas y sus usos; pero para todas esta clasificación es necesario que el Gobierno Nacional realicé el estudio y la reglamentación para aplicar el impuesto. Lo contrario es seguir especulando y estigmatizando a un producto al que es muy fácil criticar desde la comodidad que brinda su uso.