(Dinero) Los industriales no confían en la sostenibilidad de la reducción en el impuesto de renta incluida en la última reforma tributaria.

La inversión en la industria sigue cayendo a pesar de las importantes inversiones en infraestructura de los últimos años. Las menores participaciones en el Producto Interno Bruto (PIB) de este sector estratégico y de la agricultura son preocupantes. En cambio, el sector financiero ya va por 20% del PIB, más que la industria y la agricultura juntas: mal augurio.

Sin lugar a dudas, uno de los problemas lo representan los impuestos demasiado altos para quienes de verdad producen y generan empleo. El bajo crecimiento económico, el creciente endeudamiento externo y la presión de los acuerdos de paz sobre el gasto público obligan a que el debate tributario sea prioritario. Pero la discusión no puede seguir simplificándose a las tasas de los impuestos.

El IVA no puede subir más, la gente ya ha sido muy paciente con semejante apretón como para pedirles que vuelvan a ser ellos los que ponen. Modificar, para atrás, la reducción pactada en el impuesto a la renta de las sociedades sería un grave error. Todo lo contrario, se requieren claros mensajes para que la inversión se reactive y el susto con el que andan los empresarios se disipe. El volver de nuevo sobre los impuestos al patrimonio solo tendría sentido si se focalizara en personas naturales y no en empresas, pero esto no recauda nada con las absurdas reglas contables que se aceptan hoy día; y los demás impuestos o no son técnicos o no recaudan gran cosa.

Entonces, ¿dónde está la plata? ¿Cómo aumentar el recaudo de impuestos en este contexto? Colombia es uno de los países de América Latina con niveles bajos de recaudo. 15% del PIB, muy poco. Los países europeos, Estados Unidos, Brasil, Argentina y Chile recaudan mucho más que nosotros; la mayoría más del doble. Toca ir a Guatemala o Paraguay para encontrar fiscos aún más débiles. Ecuador, Perú, Honduras, El Salvador recaudan en impuestos más que nuestro gobierno y sus IVAS son bastante inferiores al nuestro.

El diablo está en los detalles y por esto es urgente elevar el nivel de la discusión. La población en general debe informarse, conocer y entender algunas de las formas con las cuales quienes deberían pagar los impuestos necesarios para poder llegar a ser sociedad justa y financieramente estable están haciendo conejo.

Contabilidad de caja y activos a costo de adquisición para todas las personas naturales obligadas a declarar impuestos. Para los asalariados y personas con ingresos anuales de menos de $200 millones esto es razonable, pero para los pudientes esto es el hueco negro por donde se desaparecen más de $10 billones en impuesto a la renta anualmente.

La compra de facturas. Se utiliza para disminuir el impuesto de renta, metiendo a la declaración de renta gastos ficticios, incluso para disminuir el IVA a pagar a la Dian. Esta práctica criminal es tan común que todos los ejemplos de corrupción recientes la utilizaron para el pago de las coimas.

Venta de mercancías sin factura y con remisión: así evitan dejar el rastro de la operación y evitan la generación del IVA. Para cuadrar la contabilidad, o dan de baja los inventarios de los insumos usados o producto terminado por pérdida o deterioro para poder afectar el costo, sin tener que registrar un ingreso por la venta; o ni siquiera registran la compra y todo lo manejan en paralelo. La informalidad vende productos con marca, o industrias venden en barrios populares productos como aceite, detergentes, etc., sin los empaques del producto a ser vendido en el mercado formal. Cerca de 80% de los productos cárnicos se venden en la informalidad a todo lo largo del país.

Inclusión de un pasivo para justificar un incremento de patrimonio o una consignación bancaria y así ocultar un ingreso. Poderosos Senadores, excontralores de Bogotá, exgobernadores, todos son beneficiarios de millonarios créditos con amigos. Ya quisiera yo tener un amigo de esos que prestan cientos de millones de pesos sin garantía alguna.

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