(Vanguardia.com) A muchos colombianos del común les han parecido muy duras las cartas del nuevo ministro de Hacienda, Alberto Carrasquilla, para reactivar la economía y la productividad del país venida a menos en los últimos años.

Esa preocupación contrasta con el punto de vista de los empresarios, los cuales consideran que las medidas de choque anunciadas serán claves para acelerar el crecimiento del Producto Interno Bruto, PIB, hacia niveles del 4% o 5% a partir del 2019.

Lo que más genera polémica es que el Gobierno busca convertir a más colombianos —asalariados y personas de clase media— en contribuyentes del impuesto sobre la renta.

La meta de Carrasquilla: pasar de 2,6 contribuyentes a 4,5 millones. Y bajar el tope de ingresos mensuales de $3,5 millones a $1,9 millones para declarar. En otras palabras de $44 millones de ingresos anuales (declarables) a $22 millones en el 2019 con una nueva reforma tributaria.

Y por el otro lado, reducir la tarifa de renta a las empresas del 33% al 28% para impulsar el empleo, la productividad, la inversión nacional y extranjera y el emprendimiento, especialmente entre los jóvenes.

Carrasquilla defiende esa idea al recalcar que hoy el 85% de los impuestos están en cabeza de las empresas y solo el 15% lo asumen las personas, lo cual afirma, hace inequitativo el actual sistema tributario y lo aleja de los estándares internacionales.

Bajo ese marco, el Ministro es partidario de una reestructuración de la Dian para darle “más dientes”, aunque no dijo si la nómina de funcionarios se ampliará para atacar en especial la evasión del IVA y otros impuestos que se calcula es de $75 billones al año.

Otras apuestas

La racionalización de las propiedades del Estado también está entre la batería de iniciativas que tiene el Ministro. Según él, el Estado no es un buen socio, no le gusta capitalizar a las empresas oficiales y además hace difícil el acceso al mercado a las nuevas compañías.

Eso significa ni más ni menos, según los analistas, que el Gobierno sacará a la venta varias empresas. La administración Santos vendió a Isagen e igual hizo Uribe con Telecom.

Según Alejandro Reyes, economista principal del Bbva, “para el gobierno de Duque hay dos temas fundamentales: mejorar las cuentas fiscales sin afectar la reactivación económica, y procurar un avance en las reformas fundamentales, especialmente las que apuntan a mejoras de competitividad y formalización”.

Son temas centrales para que Colombia pueda crecer en el largo plazo por encima del 4%, anota Reyes.

Precisamente, entre esas reformas figura una pensional, un tema polémico y difícil de tramitar ante el Congreso de la República. Uribe hizo una reforma que entró a regir en 2014 y Santos fracasó en hacer otra.

Según Carrasquilla, de un recaudo de impuestos anual de $140 billones, $38 billones se van en subsidios a las pensiones oficiales. En este punto, la idea es eliminar en una reforma esos subsidios a las futuras mesadas en Colpensiones.

Otro idea que seguramente causará controversia es la de redistribuir los subsidios y algunos incentivos al agro y a las tarifas de energía y gas. Como también, a algunos servicios de salud en las EPS como parte de la reestructuración financiera de este sector.

Más obras, pero…

La administración Santos dejó montadas las bases de proyectos de infraestructura y autopistas 4G. Varios de ellos están ejecución y otros como la Ruta del Sol enfrentan procesos jurídicos por hallazgos de corrupción en Odebrecht.

En este punto, la idea es seguir ejecutando megaobras, pero “el primer objetivo —dice Carrasquilla— es “solucionar los más de 30 tribunales de arbitramento con contrapartida en proyectos de infraestructura”. Ese podría ser un punto de partida para reactivar el sector de la construcción, cuyo crecimiento es negativo.

Otro de los aspectos claves para el gobierno es el impulso al emprendimiento. Carrasquila pone de presente que la formulación de proyectos debe ser exitosa para mejorar la economía o de lo contrario se descartará. En ese sentido se declara partidario de mejorar el llamado monotributo para avanzar en la formalización tributaria.

En ese sentido, Daniel Velandia, jefe de estudios económicos de Credicorp Capital señala “definitivamente somos más optimistas para 2019. Y para mantener tasas superiores del PIB al 3% hay que pensar en reformas estructurales”.

Así las cosas, el plan Carrasquilla ya entró en etapa de consultas. Para muchos esas recetas permitirán reactivar la economía, para otros serán medidas impopulares. ¿Quién tiene la razón?

Hacia la reactivación

Para Mario Acosta, jefe de estudios económicos de Ultraserfinco, “ estamos entrando en una etapa de reactivación. Una vez superada la incertidumbre de las elecciones y apoyados por un sector petrolero más fuerte veremos mejores datos de crecimiento en los próximos trimestres y ojalá volvamos a niveles cercanos al 4% pronto”.

Por su parte, Munir Jalil, economista del Citibank, sostiene que “la actividad económica se encuentra en proceso de recuperación aunque la velocidad de la misma todavía es incierta.

El comportamiento negativo de la construcción, la minería e hidrocarburos son aún los lunares que el nuevo gobierno va a tener que entrar a manejar para garantizar que el crecimiento sea mejor en el 2019”.

Obtenido de: Vanguardia.com