Un reciente estudio de la Cámara de Comercio de Bogotá estableció que la gran mayoría de los productores de la capital no estudia el nicho al que pertenece o ingresa. Y para Eduardo Vásquez, abogado experto en estrategia y protección legal, esa cifra refleja lo que sucede en el país, donde a u criterio la falta de formación de las cabezas de compañías es una de las causales más comunes de fracaso.

“El empresario colombiano no se capacita, sino que tiende a ser intuitivo e invertir por impulso, y además desconoce el 60 % de las reglamentaciones de su área. No hay formación discilplinaria e intelectual de quienes pretenden hacer empresa”, sostiene.

Vásquez menciona que, además de la falta de autoexigencia académica, los competidores locales lidian con un Estado interesado en vigilar y sancionar, más que en instruir. De ahí que la microeconomía colombiana “esté quedada” frente a los empleadores externos, que si algo propenden es fabricar con base en las necesidades reales y estrategias de mercado, no en sacar por sacar.

“La Superintendencia de Industria y Comercio, la Supersociedades y las Cámaras de Comercio, ninguna está formada para formar educación empresarial. La pregunta es quién forma”.

Marcas

De la mano con lo anterior, Julio José Orozco, especialista en derecho comercial, recomienda que el comerciante no ha dimensionado la importancia del diseño industrial, un asunto en el que a la SIC le ha faltado mano y gestión. En parte porque las autoridades no lo incentivan, en parte por la ya mencionada carencia de formación. “El tema de propiedad industrial está organizado, anda solo. Pero la categoría de Diseño para proteger lo creado por colombianos es muy débil”.

Desde antes de la entrada en vigencia de los Tratados de Libre Comercio (TLC), los diseños foráneos han tenido mayores garantías de protección. El jurista advierte que ya hay gremios afectados por el vacío de apoyo estatal: el textilero y el productor de derivados de los lácteos. Ambos, para él, tendrán los más grandes problemas para enfrentar la demanda de los futuros inversores.

“Apenas vamos a sentir su incidencia en los próximos años. Si no se refuerza el Diseño Industrial, es probable que productos nacionales de consumos masivos sean afectados por productos similares de afuera que produzcan confusión”.

Patentes y competencia

Laura Rojas Vega, consultora especialista en este campo, insiste en que, entre las principales falencias a la hora de competir, las compañías no blindan sus invenciones y desarrollos creativos como fórmulas, procedimientos, y bases de datos.

“Todo lo que sea importante y tenga valor significativo, debe ser objeto de cláusula de confidencialidad, que evita que la competencia me quite a un empleado y pierda su trayectoria e información. Esto se presenta mucho en empresas de software, las cuales pierden miles de millones de pesos así”, dice.

Los más afectados, según Rojas, son los pequeños productores. “En comercios pequeños, se tiende mucho a copiar y a tomar medidas de protección de la propiedad industrial sólo cuando ya han sufrido pérdidas”.

Tomado de: larepublica.co