La idea de algunas personas de ir a la oficina “a trabajar, y no a hacer amigos” no es realista. En la práctica, se comparten más horas al día con los compañeros de trabajo que con la familia. Por eso, tener buenas relaciones con los colegas es imperativo pues, de lo contrario, ir a trabajar se convierte en una tortura.La clave es entender que en el trabajo se puede ser cordial y amable sin ser amigo, explica el coach Schneur Zalman Ben Chaim. Es más, recomienda evitar la compinchería o la confianza excesiva, porque eso justamente es lo que lleva a malentendidos en la oficina.

 

“Cada quien establece cómo son sus relaciones y si uno da carta blanca a las amistades confianzudas, después no se puede quejar. Siendo amable se pueden marcar límites y recordar un proverbio que se olvida con frecuencia: no hacerles a los demás lo que no nos gusta que nos hagan”, insiste Ben Chaim.

 

A veces el tema tiene que ver con los gustos o la forma de ser, y particularmente con ser ruidosos. No ser el ‘alegre’ que desde el lunes en la mañana pone música tropical para que escuche toda la oficina, ni tampoco el que habla duro por teléfono para sentirse importante, son temas clave para tener una mejor convivencia. Estudios internacionales demuestran que las personas ruidosas son las que más incomodan en los ambientes laborales.

 

Aunque es evidente que una persona no se puede llevar bien con todos sus colegas de trabajo, sí puede hacer el esfuerzo por entenderlos, pues no solo está en juego el buen ambiente en la oficina, sino su propio desarrollo profesional.

 

Pese a esto, es claro que hay personas que por más que se intente, simplemente no se pueden soportar. Así que, si usted está en esta situación, tenga en cuenta estos consejos para hacerle frente al compañero insufrible.

 

ROBERTO HALL

 

Presidente de Amrop – Seeliger y Conde

 

“Todas las discusiones en una organización deben ser respetuosas y deben primar los intereses de la empresa por encima de los personales. Para evitar futuros problemas, es bueno dejar todos los acuerdos por escrito”.

 

HERNANDO HOLGUÍN

 

Presidente de Eximium

 

“Evite el lenguaje no verbal y no comparta sus sentimientos contra sus colegas con otros compañeros, pues cuestionarían su capacidad para resolver conflictos”.

 

JULIANA TOBÓN

 

Gerente general de Mercer

 

“A diferencia de las relaciones personales que se escogen libremente, en las empresas uno debe relacionarse con personas muy distintas. El desafío es aprender a obtener lo mejor de cada una mediante una comunicación clara”.

 

Al ataque

 

1|Sea profesional

 

Si usted no tiene el poder de echar a esa persona que considera detestable y además está obligado a verla todos los días, lo mejor que puede hacer es recordar que la animosidad es personal y no laboral. “No debe dejar que la acidez, la grosería o la malaleche de su compañero odiado interfieran en su trabajo. Tampoco es bueno ignorarlo, pues ambos trabajan para una misma causa”, sostiene el coach Ben Chaim.

 

2| Encuentre al enemigo más grande

 

Busque un enemigo común con el compañero odiado (por ejemplo, la competencia) y verá cómo ese disgusto común los puede llevar a pequeños acuerdos y a una mejor relación laboral. Un caso de éxito en este frente es el del presidente estadounidense Abraham Lincoln, quien conformó un gabinete de enemigos con la convicción de que puntos de vista que contrastan dan mejores resultados.

 

3|Odie su odio

 

Entre más deteste a una persona, más daño se va a hacer pues esto solo le genera estrés y le amarga su día en el trabajo. La columnista inglesa, Jessica Stillman, dice que para aliviar esta situación lo mejor es perdonar. Si bien no borra los malos comportamientos de su compañero, sí le ayuda a quitarse esa carga pesada. La idea es entender que su colega es un ser humano que se equivoca.

 

4| Es bidireccional

 

Si odia a un compañero es muy probable que el sentimiento sea mutuo. Además, recuerde que en todo problema de relación personal, 50% es su responsabilidad. Si está afectado, pida una opinión de alguien confiable para que le ayude a buscar una solución o le diga si su odio es exagerado. Esto no aplica si el odiado es un narcisista (rasgo de muchos jefes). En ese caso intente salir de su esfera de influencia.

 

¿Seré yo?

 

Aunque usted puede tener muy claro cuáles son los compañeros que le caen mal y las razones de su disgusto, también es recomendable que de vez en cuando revise esta lista para que no se convierta en uno de aquellos trabajadores que nadie quiere.

 

• Les deja el trabajo de última hora a sus compañeros, siempre con la excusa de que tiene una vuelta urgente.

 

• Le gusta conversar cuando sus interlocutores están ocupados. Si siente que usted habla mucho y su compañero responde con monosílabos, es probable que esté en esa situación.

 

• Si está siempre a la defensiva y le molesta cualquier crítica sobre su trabajo, nadie quiere lidiar con una persona así.

 

• Si es negativo, no le gustan las nuevas prácticas, ni sugerencias y se queja de toda la oficina. Se convierte en el gruñón oficial de la empresa.

 

• Todos conocen los detalles de su vida personal. Si todos escuchan sus llamadas personales, que incluyen peleas, gritos o groserías, eso incomoda a sus compañeros.

 

Tomado de: finanzaspersonales.com.co