No es nada nuevo, ni nos cansamos de repetir que aquellas empresas que se basen en invertir y seleccionar capital humano excelente, con un plan de carrera bien planificado, que guíe y fortalezca su organización y logren retenerlo, tendrán una ventaja competitiva que será difícil de vencer en el corto, mediano o largo plazo.

Entendemos El Capital Humano como la parte intangible de una organización que pese a no estar reflejada en los estados contables tradicionales, genera valor actual o futuro. Es capital porque guarda relación entre la inversión, en seleccionar, contratar y desarrollar la gente que integra una empresa y el logro de incrementar la productividad.

Al emplear el término “humano” lo entendemos como persona integral, es decir, incluye: el capital intelectual, los conocimientos, habilidades, emociones y actitudes de las personas que integran la organización y que no están consignados en los estados contables. 

En sentido más amplio, el capital “humano” debe incluir activos de mercado centrados en los individuos no sólo dentro sino también fuera de la organización, entre otros: la estructura, el know how, la satisfacción de los clientes, el good will de que goza y su responsabilidad social, entre otros y que son claros componentes intangibles de su valor real. 

Administrar el capital humano es la clave del éxito

Consideremos lo siguiente: sería muy raro dar resultados malos con gente bien seleccionada y desarrollada o dar malos resultados con un equipo de trabajo excelente y bien alineado hacia los objetivos de la empresa. 

Sin embargo, a veces puede ocurrir que a pesar de trabajar con personas mediocres se den algunos resultados aceptables, en este aspecto y como se dice popularmente, ”¡si esto se da con los malos, como sería teniendo a los mejores!”. 

La clave está en la administración del capital humano, si contratamos gente excelente y no la guiamos, capacitamos, evaluamos y administramos asertivamente estamos perdiendo un valioso activo.

En este aspecto se nos plantean dos realidades que suponen un gran reto para gerentes en el establecimiento de parámetros de administración del capital humano: la primera es la velocidad con que nos movemos y la segunda, la difícil economía por la que atravesamos.

La velocidad con que nos movemos 

Podemos afirmar, que cada día la diferencia entre una generación y otra se nota más rápidamente. El mundo cambia a velocidades increíbles jalonado por los avances de la ciencia y la tecnología y eso se refleja en el estilo, la forma como se prepara y ejecuta el trabajo y las expectativas de los ejecutivos. 

Cambian las expectativas de las personas y cambian las empresas, cada día es más difícil de atraer a los mejores y lograr conservarlos

Una aparente concentración en el desarrollo de talento, un notable consumo en los servicios del Coaching y la inquietud en la medición del desempeño, es evidente en los resultados de la encuesta que a nivel mundial realizó, por séptima vez, Cornerstone International Group por esta primavera. Las empresas están maximizando esfuerzos en desarrollar su gente y retenerla y en desarrollar programas de medición formal a lo largo de la organización. 

Llama la atención que las personas que respondieron la encuesta no consideraron que fuera más difícil encontrar candidatos a empleos de alta calidad que hace cinco años. Sin embargo, sí encontraron muchísimo más difícil de atraer a los mejores y lograr conservarlos. La búsqueda en las fuentes y lograr que acepte gente de alto valor se está volviendo cada año más difícil. Y lo que mucha gente muchas veces pasa por alto es el tiempo que toma capacitarlos y hacerlos rentables.

Llama también la atención que en la encuesta de Cornerstone se observó que:

– Más que nunca las juntas tienen directores independientes, mujeres o minorías étnicas.

– Los generalistas son más apreciados como directores que los especialistas (por ejemplo, en finanzas) por un margen de casi 2:1.

– El Coaching sigue siendo primeramente una solución ad hoc.

– La difícil economía por la que atravesamos.

Las expectativas de las economías locales, las cuales históricamente han sido más optimistas que para la condición global, han decrecido, con sólo un 50% que considera que la recesión ya terminó localmente, en comparación con 63% hace un año.

Sabemos que la educación y la tecnología de avanzada indispensables para lograr la productividad son costosas, pero tenemos que convencernos que son la mejor inversión. 

Es muy importante ver también, que son las habilidades, conocimientos y capacidad de innovación, plan de carrera y de adaptación al cambio que tengan las personas, las únicas ventajas competitivas que pueden diferenciar una empresa de otra. Esto se logra mediante la inversión en fortalecimiento de la capacitación y aprendizaje continuo y adecuado a necesidades puntuales.

Algunas investigaciones han llegado a calcular que el costo estimado de perder un buen gerente, puede llegar hasta de cinco veces el salario anual promedio. Ahora más que nunca se impone una bien planeada capacitación y motivación y se debe ser muy cuidadoso con el personal que se contrata.

Los estudios actuales muestran una fuerte correlación entre la administración del capital humano y el valor de las acciones. Las empresas que no vean que invertir en su gente es la mejor inversión difícilmente lograrán ser competitivas sostenidamente.

No existe una fórmula absolutamente exacta en la medición del capital humano 

Desde el punto de vista práctico, la medición del capital humano impone un cambio revolucionario en la contabilidad, para elaborar informes financieros con indicadores que plasmen sus fuentes de valor “invisible”. 

La medición del capital humano es de gran utilidad porque refleja más acertadamente su valor real, se demanda una gestión más eficiente de sus activos intangibles, apoya el objetivo corporativo de aumentar el valor de los accionistas, proporciona información de mayor actualidad a los inversores actuales y potenciales y contribuye a precisar el riesgo de inversión.

Una vez que se acepte la importancia de medir el capital intelectual y de incluirlo en los balances de la empresa, el siguiente problema sería su correcta medición y su registro contable. No existe una formula absolutamente exacta para medir el capital humano pero debemos trabajar en desarrollarla basada en las aproximaciones actuales que cuantifican los intangibles de las empresas.

Muchas compañías aunque están conscientes de su importancia, no se deciden a medir e informar su capital intelectual. La mayoría de los analistas no están preparados para interpretar ésta información o algunos directivos no están conscientes del valor interno de la misma o tienen miedo a que los indicadores revelen demasiada información que pueda utilizar la competencia, y no hay un modelo teórico bien estructurado.

Para finalizar dejamos algunos datos para reflexionar: 

-Nike, la mayor industria de calzados deportivo del mundo no tiene fábrica. 

-Amazon la librería de mayor crecimiento en el mundo, no tiene un metro cuadrado de tienda. 

-La filial americana de la Nokia logra vender US$ 200 millones con cinco empleados. 

-Microsoft vale en Bolsa 100 veces el valor de sus activos tangibles, tiene pocos activos además del edificio de su sede central y su capitalización de mercado está por encima de miles de millones de dólares. 

O sea, 99% del valor de las más importantes empresas del mundo no está regido por los patrones tradicionales contables.

tomado de:finanzaspersonales.com.co