(hsbnoticias) Santiago Castro Gómez, presidente de Asobancaria, afirmó en el marco del Congreso de Riesgo Financiero que 2017 ha sido uno de los años más complejos para la economía colombiana en el nuevo siglo.

En particular, el consumo de los hogares, que hasta hace unos años era el principal motor de crecimiento de la actividad económica, se ha visto resentido por factores como la disminución en la confianza que en enero de este año alcanzó su peor valor histórico -30,2, el proceso inflacionario de los años anteriores y el aumento en la tarifa del IVA.

Lo anterior, sumado a la modesta recuperación de las exportaciones no tradicionales y a la menor ejecución de los proyectos de infraestructura frente a los escenarios inicialmente previstos, “se ha traducido en una moderación en el ritmo de expansión de la actividad productiva. Contrario a lo que se esperaba, no fue el año de la recuperación, sino el periodo en el que está terminando de gestarse el largo proceso de ajuste que comenzó a materializarse desde 2015”.

Según Castro, “enmarcado en este complejo entorno económico, los ritmos de crecimiento de la cartera crediticia comenzaron a experimentar una moderación y en agosto de este año la cartera bancaria había crecido 5,7%. A pesar de la desaceleración de la economía y del crédito, en esta oportunidad los indicadores de calidad de la cartera crediticia y sus niveles de cobertura, aunque se han visto afectados, no ha sido de manera considerable. Hecho que obedece, en parte, a la gestión de riesgo que realizan las entidades, adaptando sus políticas y procedimientos internos para responder a la nueva realidad macroeconómica”.

Agregó que en lo que resta del año y durante 2018, el sistema financiero colombiano se enfrentará a grandes retos en materia de gestión de riesgos en el marco de la coyuntura por la que atraviesa el país y de cara tanto a la implementación de estándares internacionales como a importantes disposiciones normativas a nivel local.

Retos

  • * La implementación de la NIIF 9, sobre instrumentos financieros, a partir del primero de enero de 2018 para aquellas entidades que deben consolidar.
  • * La convergencia e implementación de Basilea III en términos de capital y liquidez.
  • * La aplicación de las pruebas de resistencia tanto a nivel consolidado como para el resto del sector (establecimientos bancarios, compañías de financiamiento, corporaciones financieras y cooperativas financieras).
  • * El papel del sistema bancario en el marco del post-conflicto y sus implicaciones en materia de gestión de riesgos.
  • * Los impactos negativos de la corrupción sobre la cartera colocada en los proyectos de infraestructura y el riesgo reputacional de las entidades financieras.
  • * Efectos de la participación de las Fintech en el sistema financiero y las necesidades regulatorias respectivas, entre otros problemas.

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